CUENTOS NAVIDEÑOS
DULCES
NAVIDADES
Érase una vez una niña llamada Ana,
ella tenía diabetes y no podía comer lo mismo que los demás. No le gustaba la
navidad y durante esos días siempre estaba triste; todos sus amigos lo
celebraban comiendo polvorones, chuches, bombones y todo lo que ella no podía
comer. Su madre le dijo “Ana si no crees en la navidad nunca vas a poder
disfrutar de ella y ser feliz, hay cosas más importantes en estos días que
comer``. Pero Ana seguía triste porque le habían prohibido comer lo que más le
gustaba que era comer dulces.
Una noche mientras dormía se le
presentó una voz que decía: Ana no eres la única persona en el mundo que no
puede comer ciertas cosas, piensa que tú al menos puedes jugar, divertirte,
correr, cantar, bailar… , hay otros niños en el mundo que por otras
circunstancias no pueden hacer ni eso, ponte en su lugar. Ana al despertar vio
que durante la noche había pasado algo extraño, no sabía muy bien lo que había
sido, pero algo mágico se había presentado en su sueños, de repente miró a su
alrededor, la insulina se había convertido en turrones, las agujas en polvorones,
el glucómetro en bastoncillos de caramelos… desde ese día, Ana recordó lo que
su madre siempre le había dicho: Que la navidad no solo hay que disfrutarla
comiendo, por eso decidió repartir todos sus polvorones, turrones y dulces a
todos los niños que no podían comprarlos. Apartir de ese día cada vez que
llegaba la navidad Ana se acordaba de la noche mágica, no le importaba que
todos sus amigos se divirtieran comiendo, ella hizo feliz a otros niños y
empezó a creer en la magia de la navidad.